Esta es la revolución durante la cual se reconstruye el cuerpo denso en cualquier
período. Esta vez se le dio la capacidad de formar un cerebro, convirtiéndose así en
vehículo para el germen mental que se le dio posteriormente. Este agregado constituyó la
reconstrucción final del cuerpo denso, haciéndolo capaz de alcanzar la mayor eficiencia
posible.
La reconstrucción del cuerpo denso en la Revolución de Saturno del Período
Terrestre tuvo por objeto el hacerlo capaz de quedar interpenetrado por la mente. Y se le
dio el primer impulso para la construcción de la parte frontal del cerebro y, además, la
división incipiente del sistema nervioso que, desde entonces, comenzó a hacerse
aparente en sus subdivisiones: el sistema voluntario y el simpático. Este último fue el
único que se obtuvo en el Período Lunar. El sistema nervioso voluntario no se obtuvo sino
en el actual Período Terrestre, y por su intermedio el cuerpo se transformó de un mero
autómata que era, obrando sólo bajo el estímulo exterior, en un instrumento
extraordinariamente adaptable, capaz de ser guiado y gobernado por el Ego desde
adentro.
El trabajo principal de tal reconstrucción fue ejecutado por los Señores de la Forma.
Esta Jerarquía Creadora es la más activa en el actual Período Terrestre, así como las
más activas del Período de Saturno fueron los Señores de la Llama, los Señores de la
Sabiduría en el Período Solar y los Señores de la Individualidad en el Período Lunar.
El Período Terrestre es eminentemente el Período de la Forma, porque aquí es
donde la forma, o la parte material de la evolución está en su grado más elevado o en un
estado más pronunciado. Aquí es donde el espíritu está más abandonado y cohibido, y la
forma es el factor más dominante. Y de aquí el predominio de los Señores de la Forma